La Hipoalimentación es la alimentación escasa en relación con las necesidades energéticas y bioplásticas del niño, que se manifiesta por inquietud y llanto y porque el niño no gana el peso adecuado.
En estos casos hay que investigar la frecuencia de las tomas, la técnica de la lactancia, el tamaño de los agujeros de la tetina, así como la posibilidad de una enfermedad general en el niño.
Un aumento de peso inferior a 175 – 250 gramos por semana en lactantes menores de 4 meses es inadecuado.
El grado de hipoalimentación y su duración determinan las manifestaciones clínicas. Los síntomas más corrientes son estreñimiento, insomnio, irritabilidad y llanto excesivo.
El tratamiento consiste en aumentar el aporte líquido y calórico, corregir cualquier déficit en la ingestión vitamínica y mineral e instruir a la madre en la técnica de alimentar al niño.