La espina bífida es una malformación congénita del tubo neural; se desarrollan en forma anormal los huesos de la columna, de la médula espinal, del tejido nervioso, es decir, el cierre de la columna vertebral no se realiza en forma correcta afectando a algunos de los huesos, y en ocasiones, a las raíces nerviosas.
Del 70 al 90% de los niños con espina bífida desarrollan la hidrocefalia; y esto se debe a que el líquido cerebroespinal, que amortigua y protege al cerebro y a la medula espinal, no puede drenarse en forma normal, y por eso se almacena en el cerebro y en su entorno, y origina el agrandamiento de la cabeza.
Además, puede presentar debilidad en las piernas, un deterioro progresivo en el funcionamiento de las piernas, dolor de espalda o piernas y cambio en la función de la vejiga, por lo que quizás no sepa cuando necesite ir al baño. También, puede tener problemas para vaciar la vejiga, lo cual puede ocasionar infecciones urinarias y lesiones en los riñones.
Así como discapacidades de aprendizaje, pero al menos el 80% de los niños poseen una inteligencia normal y sólo algunos tienen problemas. También, puede tener problemas de obesidad, trastorno del tracto digestivo y problemas psicológicos.
Si tu niño recibe un tratamiento a tiempo puede convertirse en una persona activa; ya que la mayoría de niños que han recibido un tratamiento adecuado viven muchos años llevando una vida normal o casi normal.