Un niño siente miedo debido a causas naturales, relacionados normalmente con el temor a lo desconocido. Veamos cuáles son los más recurrentes:
El miedo a la oscuridad nace de la necesidad del niño por aferrarse a la compañía de sus padres. Aveces se produce luego de un distanciamiento físico con ellos o a causa de su imaginación, ellos se ven amenazados por moustruos creados en su cabecita.
El miedo a las tormentas. Algunos niños son más suceptibles al ruido de las tormentas. En esos casos los padres deben abrazarlos y mostrar tranquilidad cuando ellos se asustan, tal vez convenga explicarles por qué se produce ese ruido de vez en cuando.
El miedo a caerse. Inician sus primeros pasos en el primer año de vida, pero aún son muy frágiles en su andar y necesitan del ánimo de sus padres para aprender a reponerse de las caídas.
Otros niños le temen a los perros, especialmente a los de raza grande que, por obvias razones, juegan y se desplazan sin considerar la presencia de los peques.