Lo esencial es el apoyo de los padres, el estímulo afectivo y la motivación para poder superar esta situación.
Pesadillas y terrores nocturnos
Se necesita mantener, a toda costa, un horario de inicio del sueño, el cual debe ser cumplido irreversiblemente permitiéndose pocas modificaciones.
Se deben evitar los programas de televisión que presenten algún grado de violencia.
Se puede ofrecer un baño nocturno, una luz débil o un momento previo de conversación antes de iniciar el sueño; en algunos niños funciona el iniciar la lectura de un cuento.
Se puede aceptar, momentáneamente, que duerma con una luz encendida o con la puerta abierta.
Sólo el pediatra puede autorizar el uso de medicamentos tranquilizantes (benzodiacepinas, antihistamínicos, etc.) en algunos casos.