En la mayoría de casos, los síntomas empiezan rápidamente y son mucho más severos que el catarro común; por eso, si tu niño presenta algunos de estos síntomas es necesario que, cuanto antes, reciba atención médica:
- Si tu pequeño presenta dificultad para respirar, y fiebre alta.
- Presenta dolores de cabeza, dolores musculares, escalofríos y debilidad en general.
- Si su piel está de color azulado o gris. Tiene vómitos fuertes y frecuentes; así como diarrea y dolor de estómago.
- Tu niño no quiere despertarse e interactuar con las personas que lo rodean.
- Si notas que tu niño está siempre molesto y no quiere que nadie lo cargue.
- Presenta aumento de la frecuencia respiratoria: Entre 2 y 11 meses, más de 50 respiraciones. Entre 1 y 5 años, más de 40 respiraciones por minuto.
- Irritabilidad y/o convulsiones.
Es mejor que tu niño no asista a la guardería o al colegio hasta que se recupere y así no expondrá a sus compañeros a un posible contagio.