A esta edad ya son capaces de sujetar el peine y pasárselo más o menos por el pelo, aunque todavía lo hacen con cierta dificultad; por eso tienen que ensayar todos los días frente al espejo y así también practicarán su habilidad manual.
Aunque todavía quieres seguir peinando a tu pequeño, esta es una buena edad para que incluyas el cepillado en su rutina diaria de aseo. No se trata de que se conviertan en expertos peluqueros sino más bien en que se vayan familiarizando con su higiene personal.
Otra manera de que tus niños practiquen como deben peinarse es haciéndolo contigo. Puedes dejar que intente peinarte o le puedes dar un muñeco para lo que peine. A los niños se les hace más fácil peinar a otras personas que a ellos mismos por la posición que deben adoptar sus brazos.
No dejes de realizar este ejercicio delante de un espejo, ya que ellos podrán jugar y esta tarea se les hará más divertida.