Durante la lactancia puede haber momentos en los que tu cuerpo genere más cantidad de leche de la que el bebé necesita. Suele ser algo temporal, porque la naturaleza es sabia y la producción de leche materna se acaba adaptando a la que demanda el pequeño. Tener mucha leche durante la lactancia puede resultar molesto, incluso provocar problemas que te afecten a ti y al propio amamantamiento del bebé.
Dolor en los pezones, obstrucción de los conductos por donde sale la leche, mastitis o molestias en los primeros segundos de la lactancia son algunas de las complicaciones que pueden aparecer si tu pecho está sobrecargado de leche. También para el niño puede resultar muy incómodo. La mama está tan tensa que le cuesta agarrarla y succionar de manera adecuada. Si produces mucha leche materna, puede ocurrir que la leche salga demasiado deprisa y en cantidad tan abundante que le cueste tragarla y exista peligro de atragantamiento.
¿Cómo reducir la producción de leche materna?
Hay que insistir en que la producción de leche depende del número de tomas y de la cantidad que ingiera tu bebé en cada una de ellas. No te alarmes si tienes mucha leche materna al principio. Lo normal es que se regule en cuestión de unos días o semanas.
En estos casos, es un error recurrir al extractor de leche para sacar (y guardar) la que sobra. Si haces esto, tu cuerpo entenderá que necesita producir aún más leche y acentuarás el problema. Para todas aquellas mamás que tienen exceso de leche materna, es aconsejable extraer solo un poco antes de que el niño inicie su toma para que le resulte más cómodo coger el pezón y también para deshacerte de esa primera leche, con menos nutrientes, y lograr así que el pequeño tome la leche que más le alimenta. La idea es que tome menos cantidad de leche pero de la más densa y nutritiva. Si se queda satisfecho, succionará menos y tu producción de leche irá disminuyendo.
Además de tener en cuenta las recomendaciones del pediatra sobre la alimentación del bebé, algunos consejos para controlar la producción de leche materna que pueden ayudarte son:
- Utiliza un sujetador que te proporcione máxima sujeción. El movimiento de tus senos contribuye a estimular la producción de leche.
- Procura que el bebé no esté totalmente tumbado al ser amamantado. Mantenerlo ligeramente sentado evitará atragantamientos.
- En tu caso, debes darle de mamar de los dos pechos en proporción similar para evitar la sobreestimulación de uno más que del otro.
- Paciencia. Recuerda que tu organismo se irá regulando y se adaptará a las necesidades reales de tu bebé.
