En principio, que un bebé no eructe de forma programada después de cada toma no debería suponer ningún tipo de preocupación. Y es que, aunque bien es cierto que muchos bebés tienen dificultades para eructar otros, en cambio, no necesitan siempre echar el aire después de comer, simplemente, porque no han tragado durante la toma.
Si te preocupa la salud del bebé, esto es todo lo que debes hacer si tu bebé no eructa después de comer. ¡Toma nota!
¿Qué debo hacer para que el bebé eructe después de las tomas?
Lo primero que hemos de observar una vez que el bebé ha terminado de comer, es si éste se muestra incómodo o presenta, por ejemplo, tensión abdominal que podemos palpar con nuestras manos. En este caso, es probable que el niño haya tragado aire durante la toma y tenga molestos gases en la barriguita.
Existen diferentes formas de ayudar a un bebé a eructar. Una de ellas es, por ejemplo, apoyar la cabeza del bebé sobre nuestro hombro, procurando que la barriga esté también bien apoyada sobre nuestro pecho. Con una de las manos sujetaremos la cabeza del bebé y con la otra, le damos unas suaves palmaditas en la espalda a modo de masaje, para ayudarle a sacar todo el aire que haya podido retener en la barriga.
Para evitar los gases y que el aire que traga el bebé durante la toma salga con facilidad, es aconsejable no dejar a los bebés demasiado tiempo sentados. Y es que, a través de esta posición, el estómago se queda parcialmente doblado y por lo tanto, les resulta más difícil expulsar el aire que han tragado hacia el exterior.
En cualquier caso, recuerda que no siempre los bebés necesitan eructar inmediatamente después de haber comido. Además, a partir de los seis meses de vida van modificando su forma de comer, hasta que consiguen no tragar tanto aire como lo hacen cuando son recién nacidos.