Simplemente con mirar a tu niño puedes darte cuenta si tiene orzuelo, pues por lo general no se requiere ningún examen especial. Además, el orzuelo suele aparecer como un pequeño y aislado grano rojo en el párpado que al presionar causa dolor (en ciertas partes del ojo, y no en todo el párpado).
También existen algunos síntomas que pueden avizorarte que algo anda mal con tu pequeño (los síntomas son mucho más extendidos que en los adultos), como son: inflamación dolorosa en el párpado, secreción, molestias y lagrimeo del ojo, sensibilidad a la luz, drenaje de líquido amarillo, enrojecimiento del borde del párpado.
En el caso de que tu niño tenga un orzuelo externo, este se manifiesta con una inflamación rojiza y tierna al tacto en el borde del párpado, la cual tiende a drenar automáticamente en poco tiempo.
Si tuviera orzuelo interno, también aparece tierno al tacto y puede generar una inflamación rojiza externa. Este tipo de orzuelos toman más tiempo en sanar, ya que el absceso no puede drenar fácilmente.