La mucosidad es algo muy molesto para un bebé que aún no puede sonarse por sí mismo. Con la nariz taponada, un lactante no respira bien, duerme mal y le cuesta incluso alimentarse. Cuando los mocos suponen un problema, hay que quitarlos, pero siempre con cuidado y de la forma adecuada para no lastimar al pequeño.
Es muy normal que un bebé de meses presente mucosidad, especialmente con la llegada del frío y los consiguientes constipados. Los mocos no son perjudiciales ni peligrosos para la salud del bebé. En realidad, son una respuesta natural del organismo para defenderse del ataque de virus y bacterias que pueden afectar a las vías respiratorias.
No debes obsesionarte con eliminar los mocos del bebé. Una cosa es quitar los mocos visibles con un simple pañuelo y otra recurrir, constantemente, a métodos de extracción de la mucosidad interna. Los pediatras aconsejan limpiar “a fondo” la nariz del bebé solo cuando los mocos supongan realmente un problema. Si el bebé tiene una evidente dificultad respiratoria que hace que no se alimente correctamente porque tiene que soltar el pecho materno para poder respirar, o que impide que descanse, los mocos deben ser eliminados.
Métodos para eliminar el exceso de mucosidad en el bebé
Si tu hijo está constipado y tiene muchos mocos es importante quitar los mocos del bebé, no solo para que se sienta mejor, sino también, para evitar que se los trague y se conviertan en flemas que pueden ser peligrosas.
Ante una fuerte congestión los humidificadores son una gran ayuda para lograr que el pequeño respire mejor sin que su nariz se reseque. Ponlo en su habitación cuando duerma. Otro útil consejo es que aproveches el momento del baño para retirar la mayor cantidad de mocos posible. El agua y el vapor reblandecerán la mucosidad y resultará más sencillo quitarla.
Cuando tu bebé tiene mocos y no sabes qué hacer, la situación se complica y se requiere ayuda extra contra los mocos, tienes distintas opciones sobre higiene para eliminar el exceso de mucosidad en el bebé:
- Suero fisiológico. Es un remedio adecuado y efectivo para los bebés más pequeños. Tienes suero fisiológico en mono dosis perfectas para limpiar su delicada nariz. En caso necesario, aplícalo vertiéndolo gota a gota en cada orificio nasal mientras el niño está tumbado boca arriba. Deja que el suero actúe unos segundos y ladea al pequeño para que salga el agua con los mocos que haya logrado desprender. Limpia con cuidado con un pañuelo para evitar que la mucosidad se quede pegada alrededor de su nariz. Para que el suero no esté demasiado frío, frota unos minutos la mono dosis entre tus manos para que su temperatura se iguale a la del cuerpo.
- Agua de mar. También resulta útil para reblandecer los mocos y lograr eliminarlos. Este producto suele presentarse en forma de spray. Es cómodo pero puede resultar molesto para los bebés muy pequeños. Los hay de distinta intensidad. Es importante elegir el agua de mar apropiada según los meses que tenga tu bebé.
- Aspiradores nasales. Son muy útiles ante la mucosidad persistente y rebelde aunque no conviene abusar. Vienen bien, por ejemplo, para limpiarle la nariz al niño antes de dormir y garantizarle un mejor descanso y un sueño más confortable. Si tu bebé tiene mocos y no puede dormir, debes saber que tienes de dos tipos de aspiradores nasales para bebés:
- Ergonómicos o de pera. Son los de toda la vida. Se trata de presionar una perita de goma haciendo el vacío en su interior. Seguidamente, hay que introducirla en el orificio nasal y soltarla lentamente para que aspire la mucosidad. Puedes usarla en combinación con el suero fisiológico. El moco estará más blando y la pera los atrapará con mayor facilidad.
- De cánula. Se recomienda sobre todo para bebés de pocos meses. Tras verter unas gotas de suero, se introduce un extremo de la fina cánula en la nariz del pequeño y un adulto tendrá que aspirar desde el otro extremo para extraer la mucosidad que quedará retenida en medio del tubo.
Por último, recuerda que no debes utilizar bastoncillos para limpiar la nariz del bebé y que si necesitas unas pinzas para retirar un moco molesto, las tienes específicas para este fin (con tope de seguridad). Las de uso corriente (depilación) pueden resultar peligrosas para el bebé.