Muchos padres primerizos se hacen la pregunta de si es cierto que los bebés pueden sufrir estrés. La respuesta es sí, este estrés o ansiedad existe, y es más común de lo que imaginamos. Un bebé recién nacido puede estresarse con facilidad. Hay que tener en cuenta que llegar a un mundo nuevo y comenzar a existir no es fácil, aunque creamos que todas sus necesidades están cubiertas. Para que lo entendamos un poco mejor, fíjate en estas cosas que no sabías sobre el estrés en bebés a continuación.
El periodo de adaptación y el estrés en bebés
El periodo de adaptación de un recién nacido puede ser, efectivamente, muy estresante. Es más, las causas del estrés en los recién nacidos son mucho más simples de lo que podemos imaginar. Todo es diferente y nuevo. Todo es inexplicable. Puede resultar abrumador, incluso para un ser de pocos días de vida. Los especialistas aseguran que este estrés podría tener consecuencias futuras en la salud del bebé, incluso podría derivar en problemas de aprendizaje. Por este motivo es tan importante controlar el estrés en bebés.
¿Cuáles son las señales de que existe un estrés en el bebé?
Cualquier padre o madre, incluso los padres primerizos, son conscientes de que un recién nacido se comunica de forma limitada. Así, en términos generales, el principal medio que usan los bebés para comunicarse es a través del llanto. Por tanto, será la primera señal de que tu hijo se siente incómodo. Para saber si el lloro del bebé hace referencia a un estado de estrés, es necesario descartar cualquier otro motivo. Descartemos pues que tenga hambre. Veamos si su pañal está seco y preocupémonos por ver si sufre de estreñimiento o tiene algunas décimas de fiebre.
Causas frecuentes del estrés en bebés
Las causas del estrés en bebés pueden ser varias. Sí, parece mentira que un pequeño ser, cuyas necesidades siempre están cubiertas, tenga motivo alguno para estresarse. No obstante, pasa. Así, para entender a tu bebé, las principales causas de estrés pueden ser las siguientes:
- Dolor causado por cólicos prolongados (también otitis).
- Aislamiento del bebé o falta de relación social.
- Ambientes muy alterados por ruidos, discusiones entre familiares o incluso horarios demasiado acelerados.
- Falta de atención. Por ejemplo, con padres y madres que están presentes pero que están pendientes del teléfono, de la televisión o de otras cosas.
- El propio estrés de los padres. Si el bebé nota tensión en sus padres o incluso un ánimo bajo, esto también podría afectar al pequeño.
- Cambios bruscos de temperatura. El calor puede ser bastante estresante para el niño, pero también el frío; y es que los bebés no regulan muy bien su temperatura corporal.
- Sueño, hambre o incomodidad. Si pasan mucho tiempo con sueño, hambre o incomodos, pueden estresarse también.
- Exceso de estimulación. En muchas ocasiones es la principal causa. Sí, es necesario estimular al bebé y mantenerlo conectado con el entorno, pero no nos pasemos. Un estímulo exagerado puede hacer que no esté relajado nunca.
¿Cómo evitar que el bebé pueda padecer estrés?
El cuidado del recién nacido debe ser siempre revisado con lupa. Los papás tienen que intentar mantener la calma para calmar el estrés del bebé, aunque sea algo nuevo para ellos. Cubrir las necesidades en todo momento. Intentad que el bebé viva en un ambiente tranquilo, sin ruidos, sin gritos ni discusiones.
Crea hábitos y evita que tus problemas, de algún modo, puedan afectarle. Pues, aunque parezca que un recién nacido no se entera de nada, lo cierto es que son conscientes de todo lo que les rodea en todo momento.
Por último, estimula, habla, toca y ama. Pero ten cuidado, como hemos comentado, un estímulo demasiado exagerado puede estresar de más a tu hijo. Los ambientes relajados, el descanso y las horas de sueño, son totalmente necesarias para un niño tan pequeño.
