Entender a un recién nacido es complicado, sobre todo para los padres primerizos. Sí, los recién nacidos y los bebés entre los 0 y 2 años de edad son una tarea complicada. Son difíciles de descifrar, pues sus capacidades comunicativas son bastante escasas. No obstante, no hay nada imposible. No dejemos que la frustración se apodere de nosotros. Encuentra solución en esta práctica guía básica para entender a tu bebé desde sus primeros meses de vida.
La importancia de entender a tu bebé
Teniendo en cuenta que un bebé depende completamente de nosotros. Es importantísimo llegar a entenderlos. Así, el cuidado del bebé debe basarse en sus reacciones. Los padres primerizos deben aprender a reconocer y actuar en consecuencia. De otra forma, podríamos estar contribuyendo a carencias en sus necesidades vitales e incluso frenar su desarrollo y aprendizaje.
La carga genética del bebé, esencial para comprenderlo
Tu bebé es parte de ti. Esto es así y debes saberlo para ser la mamá primeriza perfecta. Tu hijo nace con un código genético concreto que ha heredado de vosotros, los padres. Por tanto, la mejor forma de entender al bebé es mirarlo y analizarlo como nos analizaríamos a nosotros mismos. La empatía con nuestro bebé es mucho más fácil que con otro ser; y es que es más sencillo entender a algo que hemos creado nosotros mismos que algo externo.
La observación exhaustiva, fundamental para los primerizos
Los niños aprenden por observación e imitación, también por ensayo y error. Intenta no perder ni un solo detalle de la vida diaria de tu hijo. Aprovecha los primeros meses para mirarlo y aprender. Esta observación te será muy útil en el cuidado del bebé, pues podrás saber en todo momento cómo actúa, qué necesita o cómo se relaciona con el entorno.
Sin una observación constante, no podrás saber qué cosas le gustan y qué cosas no. Por qué llora en ciertas circunstancias o qué es lo que le hace feliz. Mediante la observación podrás comprenderlo un poco mejor e incluso adelantarte a sus reacciones.
Entender al bebé a base de prueba y error
Como comentábamos, el ensayo y error es importante en los niños. También en los padres. Nadie nace aprendido. Así, la prueba, error y aprendizaje son las bases de la evolución del propio ser humano. Cuando veas que tu hijo trata de decirte algo investiga qué puede ser. Descarta que esté relacionado con su salud tocando su frente u observando si se palpa alguna parte del cuerpo. Aprende a leer sus gestos y poco a poco verás como la cosa es más sencilla.
Una vez aprendas las lecciones, usa siempre el conocimiento para aplicarlas posteriormente en cada situación.
Descodificar el llanto del bebé, clave para entenderlo
En el cuidado del bebé, el llanto es esencial, y comprenderlo más aún. Así, un padre primerizo deberá aprender a las causas del llanto del bebé, que básicamente se puede dividir en 4 tipos diferentes:
- Llanto de “tengo hambre”. Este llanto causado por el hambre es como un lamento en tono de súplica. Es fácil reconocerlo, pues cesa incluso al tomarlo en brazos, pues parece que de esta forma el bebé nota ya el alivio.
- Llanto de “estoy cansado”. El llanto de cansancio en el bebé es quejumbroso, explota a ratos, aunque en un momento dado tu bebé puede intentar controlarlo. Puede mezclarse con intentos de chuparse el pulgar o cambiar de posición.
- Llanto de “me duele”. Es un llanto mucho más agudo, normalmente seguido de un breve descanso en el cual el bebé puede entrar en apnea. Este llanto continúa incluso después de coger al niño en brazos.
- Llanto de “quiero atención”. Es un llanto de súplica. Este llanto se mezcla con conductas que buscan captar la atención de los papis. Sonrisas, vocalización u otros intentos varios.