La lactancia materna es una excelente decisión a la hora de la alimentación del bebé. No obstante, junto a esta lactancia, y a medida que el pequeño va creciendo, es importante añadir una alimentación complementaria. Esta alimentación complementaria puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico del bebé y ayudar a su desarrollo. Quizá la principal cuestión para los padres, sobre todo los padres primerizos, es qué dar al bebé como alimentación complementaria. Te mostramos todo lo que necesitas saber al respecto.
¿Qué es la alimentación complementaria?
La alimentación principal de un bebé desde que es recién nacido hasta que cumple un año de vida es la leche, ya sea materna o artificial. Hasta los seis meses, el bebé no tomará nada más que leche. No obstante, a partir de los seis meses de vida, es recomendable ir dándole alimentación complementaria. Recuerda, siempre es un complemento, no una sustitución. Es importante para que el bebé comience a probar nuevos sabores, nuevas texturas y pueda aprender poco a poco a masticar. Pero, ante todo, la alimentación complementaria de los bebés es una fuente de nutrientes y vitaminas extra, que lograrán que el desarrollo del niño sea el correcto.
Alimentación complementaria desde los 6 hasta los 8 meses
A los 6 meses comenzaremos con la alimentación complementaria del bebé, aunque si la leche es de fórmula, se puede comenzar un poco antes. Es el paso más importante, pues hasta entonces, el bebé sólo ha lidiado con un líquido fácil de digerir.
Podemos empezar con la alimentación complementaria del bebé dándole yogur, papillas naturales de fruta o verdura o incluso pequeños trozos de frutas y vegetales para que puedan chuparlos, pues no los masticarán. Esta alimentación complementaria saciará al bebé, por lo que las horas entre comida se prolongarán. Cuidado con las verduras, debes evitar las que acumulan más nitratos, pues son las que pueden provocar cianosis o “síndrome del niño azul”, que no es otra cosa que falta de oxigeno en los tejidos. Así, verduras como las espinacas, las acelgas o el nabo, déjalas para más adelante, cuando el bebé tenga unos 10 meses.
A partir de los 6 meses también puedes introducir agua en la dieta del bebé. Como en el caso de todo lo demás, lo ideal es dársela a demanda. Cuando el bebé tenga sed te la pedirá, si no tiene no beberá. Nunca fuerces a tu hijo a probar nada, ni agua ni ningún alimento.
Alimentación complementaria desde los 9 hasta los 12 meses
Cuando tu bebé empieza a gatear y a dar sus primeros pasos, es cuanta más energía necesita. Así, complementar la lactancia con alimentos extra es esencial. Hasta este momento no era buena idea comenzar con los lácteos. Sí, el yogur con moderación estaba bien, pero quesos y otros derivados de la leche tienen demasiadas proteínas, junto con otros alimentos como la carne o la leche (materna o de fórmula), tendríamos más proteína de la que necesita. Ahora, a partir de los 11 o 12 meses, es el momento perfecto para introducirlos, pero siempre lácteos enteros.
Puedes hacer tú mismo las papillas, en esta ocasión, prueba a darle cremas a base de caldos de carne y pollo. Prueba con la carne de res hecha papilla, o bien con la de pollo o cerdo. También es interesante estimular el gusto del bebé, comenzando a mostrarles el sabor y textura de los embutidos o de otros alimentos como la mantequilla, la miel o los granos de cereal.
Alimentación complementaria desde los 18 hasta los 24 meses
La última fase de la alimentación complementaria en bebés es una fase maravillosa. Tu hijo ya ha experimentado con casi todas las texturas. Es momento de darle pescado o caldos a base de productos del mar, un sabor más fuerte que seguramente le llamará la atención. También puede incluir en su dieta complementaria frutos secos triturados, nunca enteros, estos le ayudarán muchísimo en la digestión. Cuidado, no se los des todos juntos, prueba poco a poco para descartar alergias.
No dudes en preguntar al pediatra cualquier duda que tengas para introducir alimentos sólidos en la dieta del bebé de forma progresiva y conocer bien cuáles son sus necesidades según su edad y peso.