Los recién nacidos, frecuentemente, presentan manchas en la piel. Manchas de nacimiento que en la mayoría de los casos no suponen ningún riesgo para el pequeño. No obstante, es importante consultar con un dermatólogo para poder estudiar la mancha en cuestión. Una opinión experta que determine su origen y su tratamiento, si es posible. Si bien es cierto que el diagnóstico es esencial, es posible saber los tipos de manchas de nacimiento más comunes en niños y bebés. Información que vendrá muy bien a los futuros papás.
Manchas de nacimiento vasculares en niños y bebés
Las manchas de nacimiento conocidas como manchas vasculares son aquellas que se forman por el aumento de vasos sanguíneos. Bien por este amento o debido a que son exageradamente más anchos, llega más sangre a determinadas zonas. La transparencia de la piel hace que esta sangre se presente en la superficie como manchas de aspecto rosado o rojizo. Dentro de este tipo de manchas de nacimiento en niños y bebés se pueden diferenciar entre:
- Manchas rosadas. Son manchas de nacimiento de color rosa pálido o salmón. Pueden ser evidentes o no, pasar desapercibidas, debido principalmente a que son muy claritas. Suelen localizarse en la nuca, párpados o alrededores. Pueden desaparecer a los pocos años, aunque también permanecer toda la vida. No son motivo de preocupación alguna.
- Hemangiomas. Son más rojizas y pueden ser algo abultadas. En ocasiones presentan incluso un tono violeta. También pueden presentarse sólo como abultamientos y mantener el color normal de la piel. Se producen por el aumento del número de vasos sanguíneos. Tras el nacimiento, estos vasos siguen aumentando durante dos o nueve meses. Es por este motivo que la mancha puede crecer y posteriormente parar de hacerlo. Aparecen en el cuello o tronco, y sólo deben preocupar a los padres en el caso de que se formen heridas sobre ellas.
- Manchas en “Vino de Oporto”. El color de estas manchas es un color que recuerda al del vino, de ahí su nombre. Suelen aparecer en la cara. Puede ocupar un área bastante grande del rostro. Son preocupantes de una forma estética, pues en muchas ocasiones no desaparecen con la edad. Pero, además, también pueden ser preocupantes en cuanto a la salud se refiere, pues en ocasiones están relacionadas con los síndromes de Sturge-Weber y el de Klipper-Trenaunay-Weber, que afectan otros órganos.
Manchas de nacimiento pigmentadas en niños y bebés
Las manchas de nacimiento pigmentadas en niños y bebés son aquellas que se producen por el aumento del número de melanocitos en una zona de la piel. En esa parte del cuerpo, se acumularía más melanina, por lo que se puede apreciar una mancha de color marrón, negro, gris o incluso azulada. También hay varios tipos:
- Manchas mongólicas. Son manchas de un color gris azulado. Suelen aparecer en la zona más baja de la espalda, aunque también pueden surgir en el resto de la misma, la cabeza o en cualquier otra zona. El acúmulo de melanocitos, en este caso, es bastante profundo y disperso. Son manchas amplias y con bordes irregulares. Es más común en bebés asiáticos o latinoamericanos y desaparecen con el paso de los años.
- Manchas “café con leche”. Son manchas que afectan al 10% de los bebés al nacer. Tienen un color claro y sus límites están muy bien definidos. El tamaño es variable, aunque la forma, normalmente, es ovalada. Pueden aparecer en cualquier lugar del cuerpo y son únicas. Son las que se conocen como “antojos de nacimiento” estas no se producen por no saciar los antojos durante la gestación, si quieres conocer más información sobre el tema puedes seguir leyendo aquí. Si las manchas son múltiples pueden llegar a relacionarse con enfermedades como la neurofibromatosis.
- Lunares o nevos. Este aumento de melanocitos localizado provoca manchas desde tamaños muy pequeños a tamaños muy grandes. Son rugosas al tacto. Su color es marrón, aunque pueden presentar varias tonalidades. Deben vigilares como cualquier otro lunar, pero si están ubicados encima de la columna vertebral se deberán descartar malformaciones locales como la espina bífida.
