No puede afirmarse de manera rotunda si el chupete es bueno o malo para el bebé, pero los pediatras coinciden en que el chupete no es aconsejable al menos durante el primer mes de vida del bebé.
Al nacer, tu hijo no viene con chupete “incorporado”. Es algo que desconoce y que no necesita para nada. Durante los primeros días, lo importante es ofrecer al bebé el pecho materno para que agarre cuanto antes el pezón y se produzca la subida de la leche. En este proceso natural, un chupete solo serviría de estorbo.
El instinto de un recién nacido hace que busque alimento, calor y seguridad en el seno de su madre. El bebé intenta succionar desde el instante en que se le coloca en el pecho de mamá. Recurrir al chupete antes de tiempo, en esas primeras semanas, podría entorpecer la lactancia materna además de resultar totalmente inútil si de lo que se trata es de consolar al bebé.
¿Por qué no es conveniente el chupete para los recién nacidos?
Lo primero que debes saber respecto al uso del chupete en los recién nacidos es que ningún chupete puede sustituir al pecho de la madre. La textura de la tetina, sea del material que sea, siempre resultará algo más rígida que la del pezón. Un recién nacido aprende a mamar en sus primeros días de vida. Alternar el pecho con el chupete haría que no tuviese claro qué fuerza de succión necesita para alimentarse. Por otra parte, un bebé de pocas semanas no se consuela con un chupete. Si en esos primeros días, tu hijo llora es porque requiere estar en tus brazos, cerca de su fuente de alimento y no con un chupete en la boca.
Numerosos estudios apunta a que poner el chupete a un recién nacido de menos de un mes hace que el bebé se acostumbre a él y, en la mayoría de los casos, el tiempo de lactancia se acaba reduciendo. No te precipites a la hora de colocar el chupete. Si tu bebé no pide el chupete, no se lo ofrezcas como solución inmediata para todo y nunca lo hagas hasta que la lactancia materna esté consolidada.
