Cuando un bebé llega al mundo en la semana 36 de gestación, incluso antes, se dice que es un bebé prematuro. Y es que, lo normal es que el bebé se desarrolle en el vientre de su madre durante 40 semanas, es decir unos nueve meses, para conseguir que su proceso de maduración sea el adecuado en el momento del nacimiento. Descubre cuáles son las pruebas médicas más comunes en bebés prematuros, a continuación.
¿Qué controles médicos se practican a los bebés prematuros?
Debido a que los bebés prematuros no han terminado su desarrollo en el vientre materno, es común que estos niños que nacen alrededor de la 36 semanas de gestación, no tengan aun todos sus órganos completamente desarrollados.
Pero además de esta inmadurez en muchos de sus órganos vitales, los bebés prematuros nacen también con unas características físicas determinadas, como por ejemplo: bajo peso al nacer, exceso de vello corporal o lanugo, patrón respiratorio anormal, tono muscular bajo, testículos sin descender (en el caso de los niños) y clítoris agrandado (en el caso de las niñas), o piel delgada, lisa, con ligera sensación de transparencia.
Por ello, y para comprobar el estado de salud general en los primeros días del bebé prematuro en el hospital, el equipo médico del hospital debe llevar a cabo una serie de pruebas:
1. Gasometría arterial
Esta prueba consiste en la extracción de una pequeña muestra de sangre arterial o capilar, para su posterior análisis en laboratorio. A través de esta prueba se puede conocer el estado de oxigenación, ventilación y pH del bebé recién nacido.
2. Analíticas de sangre y orina
Una de las principales y también de las primeras pruebas que se les practica a los bebés prematuros son los análisis de sangre y orina, incluso también a veces, es necesario un análisis de líquido cefalorraquídeo.
A través de todas estas analíticas los médicos obtienen datos precisos sobre el estado y funcionamiento de los órganos del bebé, como los riñones, el páncreas o el hígado, y también sobre el estado de oxigenación de la sangre o de los niveles de glóbulos rojos y blancos que tiene el bebé.
En caso de que el recién nacido tenga alguna infección o cualquier otra patología relacionada con gérmenes, los médicos también podrán constatarlo a través de todos estos análisis, y ponerle el tratamiento adecuado.
3. Radiografía de tórax
Los bebés prematuros suelen presentar dificultades respiratorias al nacer debido a que sus pulmones no han alcanzado el suficiente grado de madurez. Esta respiración es similar a la de la apnea, con pausas irregulares y superficiales.
Por ello, la placa de tórax es una prueba muy común e imprescindible en los bebés prematuros para poder conocer el estado de salud del recién nacido.
4. Monitoreo cardiorrespiratorio continuo
Nada más nacer el bebé prematuro, los médicos monitorizan la respiración y la frecuencia cardiaca del niño. Con esta prueba se puede observar el ritmo respiratorio y cardiaco del bebé, favoreciendo así la identificación temprana de cualquier alteración por parte del personal médico de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN).
5. Ecografías
Además de todas estas pruebas médicas, también resulta recomendable la realización de ecografías para comprobar el estado de otros órganos vitales del bebé prematuro. Hay que tener en cuenta que la ecografía es un método no invasivo muy favorable para los recién nacidos.
La ecografía cerebral sirve para evaluar los posibles daños o malformaciones que puede presentar el bebé en la cabeza, así como para descartar posibles hemorragias. También se suele emplear la ecografía cardiaca para descartar la presencia de cardiopatías y otras anomalías del corazón, o para comprobar, simplemente, si los movimientos de contracción del corazón del bebé son adecuados.