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Recomendaciones básicas para que el bebé aprenda a masticar

Recomendaciones básicas para que el bebé aprenda a masticar 21 marzo, 2018Deja un comentario
Qué hacer para que el bebé aprenda a masticar

La alimentación del bebé es uno de los temas que más suele preocupar a los padres primerizos. ¿Cuándo debo darle comida sólida a mi hijo? ¿Está preparado para masticar? Lo cierto es que cada niño tiene una maduración diferente, no sólo en temas como el habla, también a la hora aprender a masticar. Mientras que algunos bebés ya lo hacen a los 10 meses, otros se esperan hasta los 12. No hay ciencia exacta para saber cuándo empiezan a masticar los bebés. No obstante, si te preocupa mucho este tema, descubre estas recomendaciones básicas para que el bebé aprenda a masticar, a continuación.

La importancia de la masticación en los bebés

La masticación es algo fundamental para los adultos, pero también para los niños. Cuando el bebé aprende a masticar, aprende a triturar los alimentos para poder digerirlos con mayor facilidad. Esto hará que se eviten gases. Masticar, además, estimula la mandíbula del pequeño, endurece las encías y ayuda a que la dentadura de tu hijo se desarrolle muchísimo más sana y fuerte.

Por si todo esto fuera poco, masticar ejercita la lengua, los labios y los músculos de la cara. Todo ello hace que sea un ejercicio que influye positivamente en el crecimiento y desarrollo de la cara del niño, y también supone una señal idónea de que el bebé está preparado para empezar con la alimentación complementaria de forma progresiva.

Cómo enseñar al bebé a masticar

Para poder saber si tu bebé está preparado para aprender a masticar, lo primero que debes hacer es fijarte si es capaz de mover la lengua contra los laterales de la boca. Si además muestra interés por lo que los mayores coméis diariamente, no hay duda, ya está preparado para los purés menos pasados. Sí los purés con tropezones.

Una buena forma de incluir tropezones es a través de la patata. La patata puede machacarse muy bien, por lo que puedes incluir varios trozos de patata hervida en su puré normal. Aunque tu pequeño aún no tenga muelas, podrá aplastarlas fácilmente con las encías, ensalivando cada trozo hasta deshacerlo. Otra recomendación para enseñar al bebé a masticar los alimentos es la de no colar los zumos como el de naranja. Al no hacerlo, lograrás que tu hijo, poco a poco, se habitúe a encontrar la fibra natural de la fruta.

Aprender a masticar con las galletas de dentición

Una vez que tu hijo ya sea capaz de comerse los tropezones del puré, puedes empezar con las galletas de dentición. Estas galletas son especiales para la etapa de la dentición. En su defecto, ofrécele un trozo de pan.

Cuando el bebé coge los alimentos con las manos y se los lleva a la boca, obtienen, además, mayor autonomía. No sabrá usar la cuchara, pero ya es capaz de alimentarse y masticar por él mismo. Además, hay que añadir que este tipo de experiencias proporciona estímulos extra, como tocar el alimento, sentir nuevas texturas e incluso los contrastes de temperatura. Sí, los pequeños tienen que experimentar con las manos, también a la hora de comer.

Cuidado con los atragantamientos

Los atragantamientos están ahí. No hay que temer, pues no son los casos más llamativos, pero sí prevenir y conocer los errores más comunes al dar de comer al bebé. Para ello, elige siempre alimentos muy blandos. Alimentos que se puedan triturar fácilmente y no sólo con los dientes, también con las encías. Escoge tropezones de patata cocida, arroz cocido, plátano maduro, huevo cocido, zanahoria cocida etc.

Evita siempre alimentos duros o aquellos que tengan demasiadas fibras que deban ser masticadas en profundidad. Aún así, si se atragantan con pan o con cualquier otro alimento, dale un poco de agua. Si no se le pasa y no puede toser, ni llora, llama urgentemente al teléfono de emergencias de tu ciudad o país o comienza la conocida como maniobra de Heimlich, que consiste en sentar al bebé en tu regazo, abrazarle por detrás y colocar el puño justo entre el ombligo y el esternón. Realiza cinco compresiones rápidas hacia arriba y hacia adentro en esa zona hasta que finalmente expulse el alimento.

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