Uno de los retos más emocionantes a los que deben enfrentarse los padres cuando nace su bebé es la educación de su hijo desde sus primeros meses de vida. A veces puede resultar una tarea frustrante pero otras, sin embargo, se puede sentir como algo muy gratificante. Descubre la guía básica para educar al bebé desde sus primeros meses de vida, a continuación.
Cómo educar al bebé paso a paso
Desde que llegan al mundo, los niños tienen a su lado la figura de sus padres, que serán los encargados de guiarles en la vida hasta que se conviertan en adultos. Pero no hay que olvidar que los padres no son amigos son, ante todo padres, y como tales les corresponde la labor de educar a sus hijos.
1. Sois el espejo en el que se mira
Desde el nacimiento, los padres se convierten en un referente para sus hijos, y esto se hace especialmente patente durante los primeros años de vida, que el es periodo en el que el niño está adquiriendo poco a poco los rasgos de su personalidad.
Por ello, una buena forma de educar al bebé desde pequeño es mostrarle todas las conductas que tienen sus padres en el día a día, ya que esto funcionará mucho mejor que cualquier anécdota o historia que le puedan contar. Lo mejor, sin lugar a dudas, es que el niño adquiera sus hábitos, rutinas y su propia educación del ejemplo que le brindan sus padres cada día.
2. Disciplina sí, pero sin amenazas
Cuando el bebé va creciendo llega la hora de ponerle ciertos límites, normas y de transmitirle cierta disciplina. Aprende cuándo se aconseja empezar a regañar al bebé. Sin embargo, hay que tener en cuenta que de nada sirve ponerle normas a un niño pequeño si los padres no acompañan cada una de estas normas de una correcta explicación.
Trata de evitar en todo momento la expresión: ‘porque lo digo yo’, y céntrate en que aprenda todas las normas de la casa de una forma racional, bien argumentada, y libre de amenazas.
3. Permítele que se equivoque
La mejor forma de aprender, y sobre todo, de educar en la vida es aprender de nuestros propios errores. Con los niños pasa exactamente lo mismo, y en ocasiones es bueno dejarles que se equivoquen para que ellos mismos aprendan la lección (aunque como padres siempre debéis estar ahí para darle todo el apoyo físico o emocional que necesite tras haber cometido un error).
Desde que nacen, los niños necesitan experimentar para poder así conocer mejor el mundo que les rodea y también desarrollarse en todos los niveles. Por ello, hay que dejarles que exploren y descubran solos, motivarles con estimulación temprana, pero siempre con unos límites y normas.
4. Las comparaciones son odiosas
En la vida en general, y en la educación de los hijos en particular, cualquier tipo de comparación que hagan sus padres resulta desafortunada. Si tu bebé tiene más hermanos, nunca trates de comparar a uno con el otro, ni tampoco lo hagas con otros familiares, hijos de amigos, o con los niños del cole o de la guardería. Tu bebés es único y por ello, su comportamiento y su educación deben ser también un proceso único, alejado de generalizaciones y de comparaciones.
5. Reconoce tus errores
Los padres también son seres humanos y con ello, tienen todo el derecho del mundo a equivocarse. Es importante que los niños cuenten con el reflejo de sus padres en lo bueno, pero también es acertado no esconderles todo aquello que sus padres puedan hacer mal.
Lo importante de reconocer los errores paternos y maternos es ayudar al niño a que obtenga un aprendizaje de ellos. Pedirles perdón si nos hemos equivocado también ayuda a los niños a reforzar su buen comportamiento.