La lactancia materna es la manera más natural de alimentar a un bebé. Son muchas sus ventajas y muy pocos los posibles inconvenientes. La unión que se crea entre una madre y su hijo en el momento de amamantarlo es única y, además, la leche materna es el alimento más completo que puede recibir el pequeño en sus primeros meses de vida.
La principal ventaja de la leche materna es que parece estar hecha a la medida del bebé, aportándole todos los nutrientes que necesita. Además, le proporciona las defensas, los anticuerpos, que le protegen (y protegerán) de las enfermedades más comunes que pueden afectarle.
Siempre que sea posible la lactancia materna está recomendada al menos hasta los seis meses, pero si por cualquier circunstancia no puedes o no quieres dar el pecho a tu hijo, las actuales leches infantiles cubren perfectamente las necesidades nutricionales básicas en la alimentación del bebé para un correcto desarrollo.
Ventajas e inconvenientes de la lactancia materna
La rica composición de la leche materna, imposible de reproducir con total exactitud, es la principal ventaja de la lactancia materna. El calostro (el líquido que precede a la subida de la leche) y la leche en sí misma contienen todos los nutrientes que el bebé necesita y además las defensas que fortalecerán su sistema inmunológico.
Beneficios de dar el pecho a tu bebé
Además, la lactancia materna presenta otros beneficios para la mamá y el bebé que conviene valorar:
- Esta forma de alimentar al recién nacido no solo le proporciona alimento sino también el contacto más directo posible con su madre. Amor, calor, seguridad… por supuesto también se transmite si el niño toma su biberón pero con la lactancia materna, tal vez, un poquito más.
- Es muy cómoda. Una vez superadas las posibles molestias de los primeros días, amamantar al bebé no requiere preparativo alguno. La leche siempre está lista y a la temperatura ideal para cuando el niño la demande. No hay que esterilizar biberones y tetinas o calentar la leche.
- La llevas “puesta”. Con un poco de práctica, puedes dar el pecho a tu hijo en cualquier momento y lugar. Salir con el pequeño de paseo o acudir a cualquier evento no supone problema alguno. Su alimento va contigo.
- Recuperación más rápida tras el parto. Está comprobado que la empezar con la lactancia materna no solo beneficia al niño sino también a la madre. El amamantamiento favorece la contracción del útero tras el alumbramiento y ayuda a la recuperación del peso normal, dado que al dar de mamar, la madre quema calorías haciendo que disminuya su propia grasa corporal. Con la lactancia materna, el riesgo de padecer un cáncer de mama en un futuro se reduce de manera notable.
- Ahorro económico. No es lo que más importa pero también es una buena ventaja. Las leches especiales para lactantes son magníficas pero bastante caras y, a medida que el niño vaya creciendo, necesitará cada vez más cantidad, algo que puede afectar al presupuesto familiar.
Inconvenientes de dar el pecho a tu bebé
Si hablamos de inconvenientes de la lactancia materna, ten en cuenta que es importante conocerlos antes de tomar una decisión sobre el tipo de alimentación que prefieras dar a tu hijo. También es esencial que sepas cuáles son los errores de la lactancia materna más frecuentes para evitarlos desde el primer día.
Si decides darle el pecho, ten en cuenta que durante los primeros meses en los que se alimenta únicamente de leche materna, el niño depende absolutamente de ti para comer. A algunas mujeres esta situación puede resultarles algo agobiante, sobre todo si las tomas son a demanda y se repiten con máxima frecuencia. Además, puede resultar complicado si tienes que incorporarte a tu trabajo (siempre existe la posibilidad de extraer la leche previamente).
Otra desventaja de dar el pecho al bebé es que el papá queda excluido del momento maravilloso de dar su alimento al pequeño. Él no puede darle el pecho, en cambio sí puede disfrutar mucho con el biberón en la mano.
Por último, dándole el pecho no puedes saber con exactitud qué cantidad de leche ingiere el bebé por toma, algo que se controla totalmente con la lactancia artificial. Si el niño no gana el peso adecuado, hay que consultar con el pediatra la posibilidad de pasarle a las leches de continuidad.