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Cómo evitar que se infecte una herida en niños y bebés

Cómo evitar que se infecte una herida en niños y bebés 19 febrero, 2018
Cómo evitar que las heridas del bebé se infecten

¿Tu hijo ha sufrido un accidente y se ha hecho una herida? Te contamos todo lo que debes saber para evitar que las heridas en niños y bebés se infecten, a continuación.

¿Cómo curar una herida a un bebé y evitar que se infecte?

Los accidentes domésticos son más comunes de lo que a veces podemos llegar a pensar, pues sólo en España se producen alrededor de un millón y medio, que afectan directamente a bebés y niños menores de 12 años.

Muchos de estos accidentes son caídas o cortes que acaban en molestas heridas, y que debemos atender de inmediato para evitar posibles infecciones. Hay que tener en cuenta que las infecciones pueden aparecer en todos los tipos de heridas, por lo que conviene tener claro como curarlas desde el principio.

La mayor parte de las heridas infectadas tienen su origen en una falta de limpieza e higiene. Por ello, antes de tocar o examinar la herida, es conveniente lavarse bien las manos con agua y jabón, porque los microbios patógenos que portamos en las manos pueden también ser el motivo de infección de una herida.

1. Limpia la herida con agua tibia y jabón

Una vez que tengas las manos bien limpias y secas debes proceder a curar la herida al bebé, lavándola con abundante agua tibia y jabón, y colocando la zona en la que se ha producido directamente debajo del grifo.

2. Seca la herida con una gasa estéril

Cuando la hayas lavado bien, se habrán retirado los posibles restos de polvo, tierra, o cristales que la herida de tu hijo pudiera contener. Por ello, el siguiente paso es secarla con una gasa estéril, evitando el uso de algodón o de cualquier otro elemento que tengas en casa.

A la hora de secar la herida, debes seguir una trayectoria desde dentro hacia el exterior, porque de esta forma estarás arrastrando los posibles gérmenes que hayan quedado en ella, y así evitarás que se infecte.

3. Aplica un antiséptico

Cuando la herida esté completamente seca, debes proceder a la cura aplicando un producto antiséptico como la clorhexidina o la povidona iodada. En el caso de la clorhexidina, esta suele ser muy recomendable con niños ya que su principio activo contiene alantoína, que favorece la hidratación de la piel. Si te decantas por el uso de povidona iodada, has de saber que esta solución antiséptica acelera el proceso de secado y la cicatrización de la herida.

4. Cubre la herida con una gasa y esparadrapo

Una vez que hayas aplicado una de estas dos soluciones antisépticas, lo ideal para evitar que la herida se infecte es que cubras la herida con una gasa estéril y esparadrapo para evitar que ésta entre en contacto con el aire y la suciedad del ambiente. De esta forma, también puedes prevenir una posible infección en la herida del bebé con antelación.

5. Controla la evolución de la herida a diario

Recuerda que debes levantar el apósito que cubre la herida de tu bebé diariamente para examinar cómo evoluciona la herida, aplicando una solución antiséptica cada vez que cambies el apósito para evitar posibles infecciones.

6. Acude al pediatra si la cicatriz se infecta

Si al cabo de los días compruebas que la herida está secando correctamente y no observas supuración ni sangre, esto es señal de que la herida está cicatrizando correctamente. Pero, si por el contrario, en una de las curas compruebas que la herida supura o tiene un aspecto extraño, lo mejor es que lleves a tu bebé al centro de salud u hospital más cercano para que puedan examinar la herida con más detalle.

A veces, las heridas de los bebés y los niños pueden no evolucionar según lo esperado y pueden infectarse fácilmente. En este caso, lo más probable es que el pediatra le recete una crema antibiótica a tu bebé que contribuirá al proceso de curación de la infección de la herida.

 

 

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