El sistema inmunológico de un recién nacido aún no está perfilándose. Esto hace que las madres tengan miedo de cualquier tipo de contagio. Es cierto que son más débiles y propensos a las infecciones, pero no podemos entrar en pánico y volvernos locos. Las visitas al pediatra, por ejemplo, serán más que necesarias durante los primeros años de tu hijo. Aquí encontrarás niños enfermos o incluso que están incubando algo.
No te agobies, piensa que en estas consultas ya se toman medidas oportunidad para cuidar a los pequeños. Aún así, si quieres puedes tomar algunas precauciones para evitar contagios en el pediatra. Consejos que te ayudarán a minimizar las posibilidades de que tu pequeño termine contagiándose con alguna enfermedad en su visita rutinaria al pediatra.
La puntualidad no evita contagios en el pediatra
Eres de las que llega siempre pronto al médico. No obstante, en el caso del pediatra, quizá tengas que llegar sin mucho tiempo de antelación. La mayoría de los pediatras calculan perfectamente el intervalo de tiempo entre paciente y paciente. Este cálculo se hace para evitar las aglomeraciones en las salas de espera. Por tanto, no hace falta que llegues con tanto tiempo por delante. Con cinco o diez minutos previos a la consulta estarás poco tiempo esperando y tu hijo no estará en contacto con muchos agentes peligrosos.
Sujeta a tu bebé en brazos
Cuando son muy pequeños no hay problema, en el cochecito o en brazos. El problema viene cuando los peques empiezan a gatear o andar. Intenta evitarlo. Siéntale en tus rodillas e intenta distraerlo para que esté calmado. Puedes llevar un cuento, por ejemplo, para que el pequeño lo vea contigo mientras esperáis en la consulta del pediatra. Además, evita por todos los medios que se meta las manos en la boquita. Si es de los que siempre tiene una mano dentro de la boca, dale un juguete para que esté ocupado.
Agua sí, comida no
La norma es sencilla, comida no, agua sí. Puedes darle a menudo agua con el biberón (cógelo antes de salir de casa). En invierno, si está la calefacción puesta, se le puede resecar la nariz y la garganta, por lo que su resistencia a microorganismos será menor. Por este motivo es importante la hidratación. No obstante, intenta que no coma nada en la consulta. Si el bebé tiene hambre, dale una galleta, pero evita que la comparta con otros niños.
Cuidado con las zonas de juego del pediatra
En una consulta de pediatría, es bastante común encontrar zonas en las que los peques puedan jugar. Ten cuidado con ellas. Si quiere coger algún juguete no se lo niegues, sería peor, pero evita por todos los medios que lo chupe. Además, en cuanto se canse de jugar, no te olvides de lavarle las manos para eliminar cualquier tipo de germen.
Vigila el chupete de tu hijo
Hay niños que pueden pasar perfectamente sin chupete. No obstante, hay muchos otros que se sienten inseguros y que lloran en cuanto se lo quitan. La solución para esos chupetes que se caen continuamente es sencilla, sujetárselo a la ropa con un chupetero. Además, como ya sabrás, es importante llevar uno (o varios) de repuesto en el bolso. De esta forma no tendrás que lavarlo cada vez que se caiga al suelo.
Lleva siempre un juguete especial
Los niños se ponen muy nerviosos a la hora de esperar en estos lugares. Si no quieres lágrimas, y además quieres que esté tranquilo sin tocar demasiado los elementos del ambiente, no te olvides de su juguete favorito, como un peluche. Ahora bien, desinféctalo cuando llegues a casa.
El baño, que no falte en la visita al pediatra
Para terminar, al volver a casa recuerda siempre bañar a tu hijo. Usa agua tibia, logrará calmarlo, relajarlo y acabará con los restos de gérmenes que puedan estar en su ropa o piel.