Si no sabes cuándo no se puede poner una vacuna, consulta con tu pediatra antes de vacunar a tu hijo. Algunos de los casos en los que no se debe suministrar una vacuna son los siguientes:
- Cuando el niño está en tratamiento con corticoides o en los últimos tres meses ha recibido una transfusión de sangre, plasma o gammaglobulina.
- Si el niño padece leucemia, cualquier tipo de cáncer o enfermedades que afecten su sistema inmunitario (SIDA) y le dejan sin defensas.
En estas situaciones existen determinadas vacunas que pueden administrarse, que tu pediatra te informará. - Si es alérgico a alguno de los componentes de la vacuna como huevo, antibióticos o conse.
Se aconseja retrasar las vacunas de niños en los siguientes casos:
- Si tiene una enfermedad infecciosa aguda que cursa con fiebre. Si tiene una enfermedad crónica en fase activa o descompensada
- Si tiene vómitos y/o diarrea y la vacuna que le corresponde es la de la polio.
Si observas que tu bebé tiene otro tipo de reacciones, efectos secundarios de las vacunas, o éstas duran más de tres días, debes acudir al pediatra. No es necesario retrasarla si solo tiene un resfriado sin fiebre, o es época de verano y las temperaturas son muy elevadas.