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Posibles efectos secundarios de las vacunas infantiles

Posibles efectos secundarios de las vacunas infantiles 21 diciembre, 2017
Primera revisión pediátrica del recién nacido

Las vacunas son el remedio más eficaz para prevenir enfermedades graves desde la infancia y hasta el etapa adulta. Sin embargo, algunas vacunas conllevan el riesgo de padecer ciertos efectos secundarios. Te contamos cuáles son los posibles efectos secundarios de las vacunas infantiles.

Principales reacciones de las vacunas en bebés y niños

La mayoría de los efectos adversos de las vacunas que se les ponen a los niños a partir de los dos meses de edad, son efectos secundarios muy leves, y en la mayoría de ocasiones, estos efectos secundarios duran tan sólo unas horas.

1. Enrojecimiento

Cuando se inyecta a una vacuna a un niño, una de las reacciones secundarias más comunes es el enrojecimiento o una ligera hinchazón en la zona en la que se ha producido el pinchazo.

Aunque es posible que el bebé se sienta molesto durante unas cuantas horas, y no permita que le toques la zona en la que le han inyectado la vacuna, puedes contribuir a aliviarle este dolor por la vacuna al bebé aplicándole una compresa de agua fría en la zona inflamada.

2. Fiebre

Otro de los posibles efectos secundarios de las vacunas infantiles es la fiebre, de hecho, es normal que el bebé tenga fiebre después de una vacuna como la Triple Vírica (sarampión-rubéola-parotiditis) o la vacuna DTPe (difteria-tétanos-tos ferina).

La fiebre no suele ser un síntoma que aparezca inmediatamente después de la vacuna, sino que en la mayoría de los casos, los niños pueden terne fiebre cuando han transcurrido unos cuantos días desde que les pusieron la vacuna, normalmente, entre 4 y 15 días después de su aplicación.

En el caso concreto de que la fiebre aparezca tan sólo unas horas después de que el niño haya sido vacunado, lo más normal es que el pediatra aconseje algún medicamento antitérmico, como ibuprofeno o paracetamol. Y si, tras tomar la temperatura al bebé, la fiebre persiste durante más de 48 horas, o si va a acompañada de fatiga, eritemas cutáneos o dificultad respiratoria, es conveniente llevar al niño al servicio de urgencias, pues estos síntomas pueden deberse a una reacción mucho más grave de la vacuna.

3. Bultos

Algunas vacunas, como la de la Tos Ferina, pueden dejar un pequeño bulto duro bajo la piel, que desaparece sin dejar rastro alguno una vez que han transcurrido varios días desde el pinchazo.

4. Efectos muy graves

En casos muy excepcionales, pueden aparecer efectos secundarios muy graves en la salud del bebé tras la aplicación de alguna de las vacunas incluidas en el calendario de vacunaciones infantil. Estas reacciones pueden ser la encefalopatía o las reacciones anafilácticas, especialmente, si el niño es alérgico a alguno de los componentes que contiene la vacuna.

Se calcula que las reacciones secundarias graves como estas tan sólo aparecen en una proporción de un caso entre un millón, por lo que la incidencia de estos efectos secundarios es muy baja.

Si acabas de vacunar a tu bebé y observas, por ejemplo, que el niño llora incesantemente durante más de dos horas, o que tiene convulsiones febriles o una hinchazón muy pronunciada en la zona en la que le han puesto la vacuna, debes considerar llevar a tu hijo al pediatra a la mayor brevedad posible.

En ocasiones, los efectos secundarios de las vacunas infantiles no vienen provocados por la vacuna en sí misma, sino que pueden ser debidos a las conservantes que llevan las vacunas para mantenerlas activas durante más tiempo.

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