En sus primeros once meses de vida, los bebés reciben una serie de vacunas que le inmunizan frente a enfermedades graves como la hepatitis, la meningitis B, el sarampión, la rubeola, la tosferina o la parotiditis. Aunque, en principio, después de recibir una vacuna no es necesario tener ninguna precaución especial, es conveniente tener en cuenta una serie de aspectos para cuidar al bebé al máximo. Si es verano, es posible que te preguntes si un bebé puede tomar el sol después de una vacuna. Te desvelamos la respuesta a continuación.
¿Puedo exponer a mi bebé al sol si le acaban de vacunar?
Cuando el bebé recibe una vacuna puede sufrir una serie de efectos adversos como fiebre, hinchazón, o enrojecimiento en la zona en la que se la han pinchado. Sin embargo, las reacciones secundarias a las vacunas no suelen ser frecuentes y por ello, la mayoría de los bebés pueden hacer vida normal tras una vacuna. Los pediatras recomiendan que tras ponerle la vacuna a un bebé, se le observe durante 15 o 20 minutos, y si en este periodo de tiempo la salud del niño es completamente normal, el bebé puede continuar con su rutina habitual sin riesgo.
Esto quiere decir, por lo tanto, que tras una vacuna un bebé puede salir de paseo y tomar el sol, puede comer como lo hace habitualmente, y puede recibir su baño al igual que todos los días. La mayoría de las vacunas no suelen dar fiebre, sin embargo, en el caso de la vacuna de la meningitis B o la triple vírica, la fiebre suele ser una reacción secundaria mucho más frecuente.
En caso de que tu bebé tenga fiebre unos días después de haber recibido una de estas vacunas, no debes preocuparte. Consulta con su pediatra si es normal que el bebé tenga fiebre después de una vacuna y si recomendable darle un medicamento antitérmico a tu bebé, y observa si la fiebre cede a las pocas horas.
