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La guía definitiva para afrontar las rabietas del bebé

La guía definitiva para afrontar las rabietas del bebé 5 marzo, 2018
Cómo afrontar las rabietas del bebé

Cuando los bebés cumplen 2 años, descubren el poder de las rabietas o pataletas. Son capaces de ver la fuerza que pueden tener con ellas, y como sacan de quicio a los mayores. Un medio para poder conseguir lo que quieren. Es necesario, en este momento, que los padres se pongan firmes e intenten afrontar las rabietas del bebé. No es fácil, eso es así. No obstante, hay datos y trucos que nos vendrá bien para aprender a gestionar los enfados infantiles.

Cómo aprender a gestionar los enfados del bebé

Lo primero que debes tener claro acerca de los enfados de los bebés, es que esto es una etapa más de la evolución y el desarrollo del bebé. Por tanto, con el tiempo pasará. Es un momento en el que aún no controlan sus emociones, por lo que pueden ser rabietas muy intensas. 

A estas edades tan tempranas, los pequeños llevan muy mal el tema de la frustración. Les cuesta entender que no pueden tener todo lo que quieren siempre, e intentan conseguirlo de la única manera que saben, con un llanto muy fuerte y prolongado. Así pues, ten claro que darle lo que quiere a tu hijo no siempre va a funcionar. Todo lo contrario, podría empeorar las cosas.

Mantente firme

Lo más importante para afrontar las rabietas del bebé, o por lo menos lo que recomiendan la mayoría de los psicólogos, es mantenerse firme. Sí, no es sencillo, pero es la única forma de mitigar estas rabietas. Déjales claro que ese enfado no logrará que consiga lo que quiera. Así, los padres deben tener la sensación de controlar la situación. Cuando el pequeño se de cuenta de que la fórmula no funciona, acabará por dejar a un lado estos comportamientos infantiles.

Si tienes dudas puedes darle un vistazo también a los top podcast para niños que les ayudan a conocer historias, empatizar y aprender.

Nunca respondas con enfado

Responder a una rabieta con un enfado no es una buena estrategia. Si lo hacemos de esta forma, le estamos dando una buena excusa para que vuelvan a repetirlo. Recuerda que eres el referente más importante para tu hijo, si te nota enfadado, no logrará ver que su comportamiento no ha sido el correcto, todo lo contrario, pensará que es la única forma de llamar tu atención. Sí, tienes que estar firme y aprender a responder al llanto del bebé, y quizá mostrarte un poco enfadado, pero no te pases. No estés eternamente con el ceño fruncido.

Hazle elegir entre dos opciones

Las rabietas en bebés suelen darse por un tema muy concreto, querer algo que no puede tener. Hay técnicas que podrían ayudarte a entretener al bebé, dialogar con él y persuadirle. Por ejemplo, hacerle elegir entre dos opciones. Si dejas una pregunta abierta, por ejemplo “¿Qué quieres de postres?”, el abanico de respuestas es muy amplio y puede derivar en conflicto. Acota las opciones y todo irá mejor.

Intenta que tu hijo escuche

Es complicado. Sí, lo sabemos. Pero al final, la mejor forma de intentar acabar con las rabietas del bebé es dialogar con ellos. Tienes que hacerle entender que no puede ser. Con calma y paciencia podrás conseguir que salga de ese estado de rabieta y que nos escuche. Una buena actitud sería que papá y mamá se pusieran a su altura, de rodillas, y lo cogieran por los hombros. Nunca en actitud agresiva. Simplemente mirándolo a los ojos hasta que el niño fije su mirada. En este momento, el pequeño está preparado para escuchar.

No permitas que se comunique con un tono inadecuado

No escuches nunca si su tono no cambia. Hazle ver que no lo harás. Adviértele de que no escucharás si no habla en un tono normal. Una conversación sin gritos, sin llantos y sin pataletas. Una buena técnica es explicarle que cuando llora así nadie puede entenderle ni escucharle, que no sabemos lo que quiere ni dice.

Deja que se calme solo

Si lo pensamos bien, los peques también tienen que desahogarse. Quizá no sea la opción más agradable, pero una pataleta no mata a nadie. Quizá hasta sea positivo. Deja que pase ese ataque de furia y no le hagas caso. Dile algo como “Estás muy enfadado ¿verdad? Avísame cuando se te pase”. Luego aléjate un poco hasta que se enfríe.

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