Si tu niño ha sufrido la mordedura de un perro, ya sea un animal casero o de la calle, debes seguir las siguientes recomendaciones:
- Lava inmediatamente el sitio de la herida, con abundante agua y jabón.
- Tienes que capturar al animal agresor y llevarlo a un centro antirrábico para que esté en observación.
- Acude a un centro de salud más cercano para evalúen la magnitud de la herida. Para así evitar riesgos innecesarios y complicaciones que podrían poner en el peligro la vida de tu hijo.
- Dar un seguimiento clínico a tu niño para garantizar su salud así como al animal que lo mordió.
- Aprende técnicas de primeros auxilios para niños y bebés para saber cómo actuar ante este tipo de situaciones.
Recuerda que los niños son la población en mayor riesgo ya que tienen interés y curiosidad natural por los animales e incapacidad para defenderse; así como por su inexperiencia y deseos de jugar, lo que en ocasiones «molestan» a los perros, y condiciona una reacción agresiva del animal.