Cuando un bebé viene al mundo una de las partes del cuerpo que requiere más atenciones y cuidados es la cabeza. Esto es todo lo que debes saber sobre el cuidado de la cabeza del recién nacido.
¿Cómo cuidar la cabeza de un bebé recién nacido?
Una de las principales dudas que suelen preguntar los padres de un recién nacido en la primera visita al pediatra es, cómo deben cuidar y manejar la cabeza de su bebé recién nacido. Hay que tener en cuenta que los huesos de la cabeza de un niño durante su primer año de vida son blandos y moldeables, por lo que es muy importante vigilar bien todas las posturas del bebé cuando está en reposo, y tener en cuenta cómo se le debe coger en brazos para no hacerle daño en el cabeza.
1. Presta atención a las fontanelas
La cabeza de un bebé recién nacido es similar a un puzle formado por un gran número de piezas. Al nacer, los bebés no tienen los huesos de la cabeza unidos completamente, sino que entre ellos existen unos huecos a los que se les conoce como fontanelas.
A medida que el bebé va creciendo, estos espacios o fontanelas se van rellenando con el hueso en crecimiento hasta que desaparecen por completo, un fenómeno que finaliza aproximadamente cuando el bebé cumple el primer año. Las fontanelas no requieren de cuidados especiales, pero es importante que durante esta etapa de desarrollo del cráneo del bebé, se eviten los golpes y las posibles lesiones en la cabeza.
Pero esto no quiere decir que debas tener miedo a cogerle y acurrucarle entre tus brazos, al darle el baño diario o a peinarle, ya que aunque las fontanelas son zonas algo delicadas, están protegidas también por una gruesa membrana que evita el riesgo de daños y lesiones.
2. Cámbialo de postura mientras duerme
Lo que sí debes tener muy en cuenta es que cómo los bebés recién nacidos suelen pasar gran parte del día acostados, has de procurar cambiarlo de postura cada cierto tiempo evitando acostarlo siempre del mismo lado, cuando lo dejes en su cuna o en el cochecito. De esta sencilla forma evitarás que tú bebé sufra plagiocefalia, es decir, que se le aplanen los huesos de la cabeza.
De hecho, como los bebés suelen tener el cráneo algo más grande que el resto del cuerpo durante el primer año de vida, una de las principales recomendaciones que dan los pediatras a los padres es que lleven cuidado con las caídas y la pérdida de equilibrio por parte del bebé, especialmente cuando está aprendiendo a caminar.
Sin embargo, y aunque tomar precauciones es algo positivo, esto no quiere decir que los padres deban tener miedo o sufrir cierta impresión cuando tocan esta zona de la cabeza. Y es que, aunque no tengan huesos que las protejan, las fontanelas están bien cubiertas por una membrana que es gruesa y de difícil penetración.
3. Sujeta bien su cabecita al cogerlo en brazos
Pero al margen de las fontanelas, los bebés recién nacidos no tienen tampoco los músculos del cuello lo suficientemente desarrollados como para aguantar la cabeza por sí mismos y te preguntarás cuándo sujetan la cabeza los bebés por sí mismos. Por este motivo, al coger a un recién nacido en brazos es necesario sostener su cabeza y la zona del cuello con nuestro antebrazo, para evitar que la cabeza caiga hacia un lado o hacia atrás, y podamos dañar las cervicales del bebé.
También se deben evitar los movimientos bruscos, las sacudidas o los típicos juegos infantiles en los que se agita al bebé, ya que el cuello del recién nacido no está preparado para soportar estos movimientos tan fuertes hasta que no cumpla su primer año de vida.