A los niños el baño les gusta, y mucho. Desde pequeños lo notan como un instante de relax. Luego, cuando crecen un poco más, empiezan a asociarlo al juego ¿Qué niño no disfruta chapoteando en el agua? Pero, ¿qué pasa con la ducha? ¿Puedes alternarla con el baño? ¿Cuándo puedes pasar al niño de la bañera a la ducha? Descúbrelo a continuación.
¿Bañera o ducha para lavar al bebé?
La bañera es una manera estupenda de contribuir a una correcta higiene del bebé. Además, bañar a tu hijo estimula su imaginación, aportando momentos de distención tras el día. No obstante, los dermatólogos recomiendan que el baño de un niño no dure más de 20 minutos. También recomiendan que el agua esté tibia y no caliente. Además, sería recomendable que el baño no fuera diario, pues la piel del bebé, al recibir un exceso de agua, puede resecarla. Por último, aseguran que bañarse demasiado puede destruir la barrera de protección de la piel. No hay duda, la ducha es una alternativa de lo más interesante en estos casos.
Cómo pasar al niño de la bañera a la ducha
Aunque el niño no podrá jugar igualmente en la ducha como lo hacía en la bañera, podrá ducharse a diario, pues la piel no se reseca tanto. En cuanto a la edad, no hay problema en duchar al bebé desde bien pequeño. No obstante, en este caso deberás duchar al bebé contigo. Aún así, los pediatras recomiendan que durante los primeros meses optemos por el baño. Es más relajante para ellos y mucho más sencillo para los padres.
Un buen momento para pasar al niño del baño a la ducha es cuando los bebés empiezan a andar y se sostienen por sí mismo. Eso sí, siempre acompañado y usando alfombrillas antideslizantes para que no tengamos ningún susto en la ducha.