La lactancia materna debería ser una fuente de placer para la madre y el hijo durante meses. En este sentido, nunca debería doler, ya que cualquier dolor es una señal de que algo no funciona bien. Si no es agradable para ti, tampoco lo será para tu hijo, así que vale la pena pedir ayuda y descubrir por qué a veces duele dar el pecho. Con el apoyo adecuado, el dolor desaparecerá y pronto podréis disfrutar los dos de la lactancia.
Si los pezones o los pechos te duelen cuando tu bebé mama, probablemente es porque no se ha agarrado del todo al pecho. Examina tus pezones cuando el bebé termine; deberían tener la misma forma que antes. Si están aplastados, salidos, arañados o con ampollas, es necesario que el bebé se agarre más en la próxima toma, de lo contrario es posible que se agrieten y sangren.
Causas del dolor de pechos y pezones durante la lactancia
Entonces, ¿por qué la lactancia puede resultar dolorosa?, te preguntarás. Lo cierto es que existen diferentes causas del dolor de pechos y pezones durante la lactancia, como las que te indicamos a continuación:
- Pechos inflamados: la retención de líquido pasajera que se produce al final del embarazo o en el parto, así como la congestión mamaria a medida que aumenta la leche en los primeros días, pueden hacer más difícil el «agarre» del bebé al pezón.
- Pezones agrandados o invertidos: la forma de tus pezones puede ser genética o provocada por una inflamación temporal. Quizá necesites en este caso la ayuda de un especialista hasta que el bebé pueda agarrarse.
- El bebé no abre la boca lo suficiente: puede que tu bebé no abra la boca lo bastante para agarrarse; esto es normal tras un parto difícil.
- Posición del bebé: cuando el bebé no está suficientemente cerca del pecho, el reflejo de succión puede reducirse, y quizá el niño apriete el pezón o tire de él. Tu pezón se rozará con la parte dura de su boca.
- Oclusiones y mastitis: es esencial que todo el pecho se drene bien; si alguna parte queda excesivamente llena puede causar dolor al amamantar y diversos problemas.
- Frenillo: si hay algo que limita el movimiento de la lengua del bebé, tu hijo o hija no podrá introducirla bastante para agarrarse bien y será preciso llevar a cabo una intervención menor para cortar el frenillo. En este caso, pide consejo a un especialista en lactancia.
Si llevas un tiempo amamantando a tu bebé y el dolor persiste, es importante que acudas al médico para que resuelva todas tus dudas al respecto y decida el tratamiento que debes seguir para aliviar y prevenir las molestias al dar el pecho a tu bebé cada día.