La higiene del bebé es imprescindible antes y después de la caída del cordón umbilical. Saber cuándo bañar al bebé por primera vez tras la caída del cordón del pequeño y saber cómo limpiar y asear el ombligo es muy importante en su salud y su desarrollo.
Consejos para la limpieza del ombligo del bebé
Cuando nace el bebé, el cordón umbilical se sujeta con una pinza y entre una y tres semanas acabará seco y cayendo de manera indolora dejando entrever una pequeña herida. También puedes acudir al pediatra si al cabo e un mes no ha caído el cordón. Por tanto, al estar tan sensible la zona, es más propensa a infectarse y amontonar suciedad, piel muerta y fluidos, por lo que hay que cuidar todavía más el ombligo del recién nacido.
- Mantén el ombligo del recién nacido limpio y seco para que no se reblandezca.
- No tapes el ombligo del bebé con el pañal ni con ropa para que al estar al aire libre se seque antes.
- Realiza el baño en seco del bebé, ya que si lo bañas en la bañera o tina se mojará al completo, no se secará y se llevará a cabo una mala cicatrización del ombligo.
- No vistas al bebé con ropa ajustada. Aprovecha la ropa ancha, suelta y fina para que no roce e irrite el ombligo del recién nacido. Además, en este periodo es aconsejable vestir al bebé con ropa de dos piezas debido a que si utilizas monos de una pieza será más costoso que el ombligo pueda airearse.
- No intentes quitar el resto de cordón umbilical al bebé. La caída del cordón del pequeño debe ser natural para que cicatrice correctamente.
4 pasos para curar el ombligo del recién nacido
Algunos expertos recomiendan limpiar el ombligo del bebé solamente con agua y con una esponja. Sin embargo, otros prefieren curar el cordón umbilical con alcohol de 70 grados, que es suave y además cuida la piel del piel del bebé cada día.
De esta manera, el ombligo del pequeño quedará desinfectado y sin irritaciones, pero si el cordón umbilical de tu bebé sangra a menudo, no dudes en acudir al pediatra. En cambio, no es aconsejable utilizar productos a base de yodo ya que pueden provocar problemas de tiroides en los bebés recién nacidos.
Cada vez que cambies el pañal de tu bebé, deberás limpiarle el ombligo, y para ello no debes olvidar los siguientes utensilios: gasas estériles para limpiar la zona sin irritaciones, alcohol de 70 grados y vendas para cubrir la zona y para que el producto se absorba mejor. Sigue este procedimiento para cuidar el ombligo del recién nacido en casa:
- Lávate las manos con agua y jabón antes de empezar. Moja una gasa con alcohol y pásala por la herida y por el rededor con mucho cuidado para no irritar la piel del bebé.
- Seca completamente la tripita del recién nacido con una gasa nueva y sin dejar rastro de humedad. La humedad excesiva pueden provocar infecciones y una peor cicatrización.
- Enrolla la zona del ombligo con otra gasa estéril nueva o con un trozo de venda y empápalo de alcohol. En el caso de que queden restos de cordón umbilical, realiza este proceso con mucho cuidado. Cuando pongas el pañal, sujeta estas gasas con él para asegurar que no le caiga, pero siempre sin presionar fuerte.
- La frecuencia de limpieza del cordón umbilical del pequeño debe ser de tres o cuatro veces al día. El mejor momento para cuidar su ombligo es después del baño del bebé y del cambio del pañal.